MATRIX15-07-2019
En su día no vi Matrix, no recuerdo por qué, pero pudiera ser que, empapado de Blade Runner hasta las más inaccesibles entrañas, me produjera desconfianza cualquier intento de suplantar su supremacía, por los medios que fueran. No sé si fue eso o simplememente desidia, o no querer obedecer a los reclamos publicitarios, algo que suelo hacer con frecuencia, por naturaleza, porque me ha tocado ser así. Lo que imponen los medios o los anuncios no suelo atenderlo, al menos a corto plazo. Lo que dicen las listas de fin de año que hay que leer, porque dicen que son los mejores libros del año, no los leo ni obligado. No me creo nada de eso, y paso olímpicamente. En ese mismo instante a lo mejor me da por leer al menos pintado, a alguien que jamás hubiera estado en esas listas, pero que se merece todo el respeto del mundo. Fuera lo que fuera, ayer vi con Bel Matrix, porque la han repuesto y han limpiado la copia, creo. Fui con expectación, con verdaderas ganas, porque me intrigaba que hasta filósofos posmodernos se hubieran ocupado de ella, y también comentaristas varios, apelando a su dimensión evidentemente metafísica, o poco menos. Y la verdad es que la película se merece su crédito, y muchas de sus imágenes ciertamente me devolvieron a Blade Runner, pero sin que me molestara su estela, producto de la admiración más que de la emulación o de la imitación. Esos edificios vertiginosos y abismales, esas degradadas visiones de la ciudad, esas humaredas, esas lluvias que parecen eternas...Una verdadera pasada para la vista, una soberana fascinación fílmica, una inmersión en la profunda naturaleza del cine, que tiene por misión - entre otras cosas - crear escenarios que se clavan como estacas iluminadas en el espíritu para encenderlo por dentro, como en una combustión lenta de carbón que calienta miles de inviernos en cualquier pueblo del pinar de Soria (infancia). Así arrastras esas imágenes, y vives con ellas, y el aura -Walter Benjamin - se prende de ese interior y pasta por allí como en un pradera imaginada por Emily Brontë.Y además de eso y muchas más cosas, una frase fabulosa, un verdadero compendio filosófico: "Una cosa es conocer el camino y otra es hacerlo". Exacto, perfecto, el resumen de algunas vidas, la mía entre otras. Un camino: eso es lo que ha que escoger y hacer. Tu camino, el que te pertenece a ti y, como dijo Emerson, el único que te puede llevar lejos, a cotas que ni podías imaginar cuando lo emprendiste. También: el camino de Juan Ramón Jiménez, el mío, el tuyo, en el vamos serenos y tranquilos, aunque no sepamos adónde nos conduce. Por eso Matrix es - entre otras cosas - una gran película. Y por eso ahora entiendo a chiflados como Zizek.